EL BLUES DEL CARTERO

Un cartero, el Susquet, estuvo veinticinco años repartiendo su primera y única carta.

Y el retraso no se debía a su bici, no. En lugar de ruedas, ya se sabe, su bici corría con… con botas. Zapatos de Goofy de cordón y suela ancha…

PERO QUE GIRABAN TAMBIÉN.

Más bien, el problema era ESTÓMAGO EN EL PELO, el destinatario. Así se llamaba el receptor de la carta. Este tío, Estómago, vivía en TODAS las casas de La Rambla. Salir a y encontrártelo fumando tu pipa. FUMANDO LA ESTRUCTURA DE MADERA DE LA PIPA. Eso pasaba.

CARTERO fundió todos los jingles del vecindario hasta que lo dispararon desde Nou Barris.