Sesenta y tres. Piensa un color, yo pienso otro. Ahora en serio: me gustas.
¿Recuerdas esa cena en el Lulu’s Lunar Fish? ¡PERO MIERDA, MIRAD! ¡Tenemos todo un taller bajando como una gota de Fanta! ¡¡MÍRALO, MÍRALO, CON ARNÉS Y TODO!! ¡¡CUIDADO, EEEEH, UUUUUUUFF, YA CAE!! Casi me peta la boca el muy GUILLA.
Taller «Et Volem Vestir de Núvia» (te cases o no), nuestro Apolo 13 de la moda.
Pasa, pasa, princesa… Oh, no, nada de princesa, ¿en qué estaría pensando? Adelante, hoy es vuestro día. Encarámate a la barandilla ¡¡¡y baja, baja, baja a toda-o-hostia!!! ¿Lo ves? Ya estás vestida, no, no funciona nunca… ¿Por qué? Va, dímelo…
Vamos a ver, inclina así el torso, ahora-a ¡nos han robado el velo! Este velo que llevo puesto, vale, vale, sin la gorra no me inspiro; perdón, eh, siempre tan finos.
Que sí, que vaya vestido, pero para culminar el atuendo, ¡¡¡PARA CULMINAR EL ATUENDO!!!, ya sabes, tienes que toma este chándal: tienes que ganarme a hándbol.
Enseguida empezará el partido. ¿Ves todos esos tigres? Tenemos que bailar mejor que ellos. He estado afilando sus colmillos por la mañana. Los jueces que dictaminarán quién ganará el partido son ésos de ahí, otros tigres.
No pasa nada, van con nosotros. He estado hablando con ellos y ¡NO!¡LA NOVIA NO! SI QUIERES LLÉVATE A LA NOVIA muy rápido, ¡más rápido!
Ya la tienes.