Carlota Guerrero feat. Nuevos Mamuts
Burlarte del planeta Júpiter
tras sus burlas hacia ti.
A ver, de entre todos los Julianes, este Julián en particular —el planeta Júpiter— siempre va sartén.
Ya, ahora soy yo el que tengo que frenar tu mofa, que bajes del telescopio.
Así Empieza Este Párrafo, el marqués líquido (suele estar en un cubo), lleva veinte años dirigiendo todos los asuntos de palacio con una sola flauta dulce, esta. (Enseño una lágrima de móvil, que he almacenado en una horchata que he estampado contra la pared. Agachado, te tiendo una mano empapada de blanco: creo que la he encontrado).
El aporte más célebre del marqués Así Empieza con la flauta a lo largo de todos estos años de gobierno es haber inventado el batir de alas firlado, que solo sucede si lo fiulas muy suave. Fiula o te estamp. Barredlo. Escúchame desde (me inclino sobre un recogedor), uf, desde aquí abajo:
Para acabar de derrocar al marqués, hay que ir preparados, ya que vive rodeado de animales efervescentes: perro, Rasputín, etc. Entrar en palacio y atravesar burbujas de perro da ese tipo de susto que se deja lamer, que es tan suave como una rápita (ahora apetece sufrirlo y pasarle la mano). Que no te preocupen las nuevas medidas antidisturbios del marqués: tras muchos meses, he podido obtener el certificado anticonejos. Que vengan.
En cuanto al comando, tenemos una baja. ¿Te acuerdas del tenista es tirolés, el más impetuoso del grupo? Ahora trabaja enroscando a Eddie Murphy. No quieras saber cuántas horas diarias le dedica, sobre todo disculpá-¡AH!NDOSE (me duele, incluso a mí, solo de contarlo; el actor, que no es muy amable, es de closca sensible).
Para iniciar el asalto, ven mañana a mi casa a las cuatro, pero no me preguntes ni dónde ni cuándo (me confirmas, Vanessa). Allí tomaremos alimentos secretísimos: café con estrías, tiritos de mirlo, el desierto de Gobi encinto. Pasaremos toa la noshe comiendo hierro, por si no tenías claro si, del horno, sacaré farola. La cena nos pondrá en el estado de ánimo adecuado: insinuados y piedra.
Al terminar de cenar, tras las indicaciones del copiloto oruga (estirará la cabeza hacia un trozo de lechuga que habrá tirado en el suelo, bajo la butaca), bueno, llegaremos a palacio. «Bajar una calle a cincuenta pájaros. Arquitectura bajar». Notas por si nos perdemos.
Discreto galán, para superar el muro slurp de palacio, que a medida que te acercas te sorbe con más fuerza hasta dejarte ladrillo (te coloca en la fila superior, siempre en construcción), usaremos este ascensor hecho de sábanas, que llevaremos hasta allí. Dale ahora al -1 si quieres ir al garaje a ver a la oruga, y bájale una hoja, que mañana nos hará falta.
Antes de dormir, repasa este resumen de la operación y cuéntamelo por la mañana, que bien sabe Dios que lo estoy intentando leer con los ojos untados de vaselina (capa fina) con éxito parcial.
Una vez dentro de palacio, con el certificado anticonejos en ristre, llegaremos hasta los aposentos del marqués, en los que le asestaremos el golpe de gracia fotografiando unas manzanas con su propia ayuda: haremos que él aguante los focos (los dejaremos en remojo en el cubo).
El ataque no tiene margen de error: he desactivado la fruta.
Dime otra cosa, va, que la desactivo.